Hace muchos, muchos años, yo era una persona incapaz de demostrar ningún tipo de emoción.
Puse mis granitos de arena en la montaña de problemas que fue mi primera relación. Me costaba muchísimo demostrar mis sentimientos, tarde mucho en decir mi primer “te quiero”, y a su vez era incapaz de explicar mis dudas, mis obsesiones, me callaba todo lo que me molestaba de ella.
Hasta que un día la pelota fue tan grande que era imposible digerir, y nos pasamos un año intentando arreglar algo que ya no tenía solución. Así que al final, sin previo aviso la dejé y desaparecí.
Entonces me juré que no volvería a pasar, que intentaría hablar de las cosas que me molestan en el momento, porque hablando todo puede tener solución.
Que pienso ahora? Que vaya mierda de juramento. La experiencia me ha demostrado que no vale la pena hablar mucho de sentimientos, nunca hay que dejarse llevar porque el primero que muestra la totalidad de su pasión está muerto.
Y si hablas demasiado de tus miedos, de lo que no te gusta, de los agobios, acabas por mostrarte demasiado vulnerable y además agobias a tu pareja…
Y yo me siento perdida, no se cuando debo hablar y cuando no. Intento arreglar un problema y me cierran la boca… y empiezo a cansarme.
Calla, silencio...
Sección: 4ª Temporada, Zoe Eristoff |
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