Cacofonías

No me gusta madrugar.
Pero como cada mañana, no me ha quedado más remedio que hacerlo, y hoy especialmente, quería almenos, desayunar con tranquilidad.
Nada más levantarme de la cama y andar descalza hasta el lavabo lo noto... noto un estruendo, y no proviene del piso, ni tan siquiera de fuera, viene de mi cuerpo, mis intestinos hablan por sí solos, yo lo llamo "cacofonías".
Me lavo la cara y me hago el desayuno, mientras veo la tele, a esa hora no dan nada interesante, así que me limito a ver una serie hecha para niños de tres años, y me sorprendo al ver que estoy disfrutando del momento mientras la mantequilla de la tostada me resbala por el labio.
Salgo de casa, y de camino al trabajo, oigo ruidos, ruidos de los que he comentado antes. Y dolor, noto dolor.
Muy a mi pesar sigo andando, me entran mareos, me siento, me levanto y sigo mi trayecto.
La oficina está en obras, por ello tengo que sortear cables, ladrillos y algunos obreros, pero esa es la parte más sencilla, porque cuando ven mi cara, se asustan y me dejan vía libre.
Me siento, ordeno mis cosas, me dispongo a trabajar, pero no puedo más, creo que voy a caerme. Se me pasa, mi jefa me convence para que me vaya a casa, cojo un taxi, le pago nada más llegar, y cruzo la carretera sin mirar, hay un bar, y espero que un lavabo limpio.

A Dios pongo por testigo... que nunca (o casi nunca) más volveré a tomar una de esas infusiones que mi madre tiene en el estante. Laxanosequé.....
Hay que joderse, pero mira, estoy de baja.

CarpeDiem.