Cagüen

Hoy ha sido un día de esos que prefieres no levantarte. Dónde tu lema se convierte en “tierra trágame” y reafirmas 1000 veces que todo el mundo es prescindible.
Añades, además, que te ha venido la regla y que tu humor, ya de por sí, demasiado escaso, decae considerablemente al recordar, claro está, que tu novia se ha ido de viaje a Tenerife cuando más la necesitabas. Sin contar que, una vez allí te obligará a espiarla cada vez que va al jacuzzi con sus amigas (porque, por supuesto, el Hotel tiene una cámara en directo filmando hacia esa dirección), mientras aumenta tu estado de culpabilidad por el echo de vigilarla, aunque con el susodicho consentimiento de ella, una es así de gilipollas, no hay nada que hacer...
Para no variar, en el instituto, cada profesor te hace resolver un problema que no entiende ni él mismo en la pizarra y cuando vas a pedir algo de ayuda a tus compañeros, (recalco : 7 pringados más) te das cuenta de que todos miran al suelo y que ninguno, como tú, se ha mirado siquiera los apuntes.
Al salir, por supuesto, te pasas media hora esperando a unas amigas de otro curso, para iros todas juntas, como siempre hacéis, y cuando ya te has muerto del asco y te están saliendo telarañas, alguien te pega el chivatazo y te suelta que se han ido sin avisarte. Genial. Viva las amigas, lo que decía la SuperPop, y un sin fin de chorradas más.
De camino a casa, vas esquivando perros, acordándote del pánico que te dan, y preguntándote porqué leches están en ese preciso instante ahí. A la vez, que al mp3 se le acaban las pilas y te encuentras a tu abuela, que ya viene hacia a ti, soltándote aquello de que si quieres condones, ella te los puede comprar y recordándote que tienes que estudiar mucho para casarte con un hombre, guapo, listo y con dinero. En fin.
Hoy no fue un buen día, no.