Con la L...

… empiezan y acaban todos mis problemas.

Con L. valoro mas el día a día, disfruto mas de mi carpe diem y convierte el futuro en algo aun mas incierto.

Con L. me siento pequeñita, hace que pare mis juegos y me invita a pensar. Y me siento insignificante cuando, perdida en sus ojos, la escucho hablar.

Y cuando follamos me busca, me siente, me escucha, me descubre y yo, refugiada en sus brazos, me muevo al ritmo de sus gemidos.

El sexo sin compromiso, la libertad, ninguna intención de algo serio (por ambas partes)… es todo lo que ahora necesito. Pero el hecho de que tenga todo lo que me faltaba hace que me preocupe ligeramente por mi estabilidad emocional a largo plazo.

Lo único que es seguro es que si nuestros encuentros no se repitiesen nunca más, habrían valido la pena.