Coñolandia se come a las personas, las engulle, se las zampa. Un día miré hacia atrás y me topé con tres hombres sin cabeza, se tambaleaban disimuladamente y de vez en cuando mostraban señas de los mordiscos recibidos, alguno de ellos se quejaba por los codos y hacía tropezar a los despistados transeuntes.
También, Coñolandia esta llena de mujeres con vestidos de lacitos y niños con camisetas de topos. Las calles juegan al escondite y se alargan, hasta no tener fín.
El otro día, con laniñadelospantalonesrotos intenté buscarte, habíamos quedado en no se qué portal, y la calle jugaba a esconderte, se fiaba de su instinto y no logré encontrarte hasta bien entrada la noche, cuando ya te habías convertido en árbol y las hojas caian al suelo.
El metro es una enorme garganta que se abre perezosamente y te muestra su inmensidad cada vez que pasas por su lado. Te gruñe y bosteza, se ríe y te regala muecas. Le haces cosquillas y te muestra sus dientes afilados.
Coñolandia es así de extraña, así de única, así de especial.
Y aveces da miedo.
Coñolandia es rara
Sección: 3ª Temporada, Ikah Balk |
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