Cuando una amiga se va

No me grites, que no siento nada. Nada de lo que digas tiene el efecto que deberían tener las palabras de una amiga. No hay nada, sólo recuerdos y promesas rotas. Ilusa de mí, que pensaba que si una amistad no podía romperse con miles de kilómetros de por medio, no la rompería nada. E irónicamente, ahora apenas nos conocemos, teniéndonos a unas pocas calles.

La peor distancia no es la que pone la tierra, sino la que la propia gente crea.

Selkä